41. ¿Mandaréis hacer buenas acciones a los demás en tanto que vosotros os olvidaréis de hacerlas? Y, sin embargo, vosotros leéis el libro; ¿es que no comprenderéis jamás?
42. Llamad en vuestro auxilio la paciencia y la oración; la oración es una carga, pero no para los humildes.
43. Que piensen que algún día volverán a ver al Señor y que tornarán a su vera.
44. ¡Oh hijos de Israel! acordaos de los beneficios con que os he colmado, acordaos de que os he levantado por encima de todos los humanos.
45. Temed el día en que mi alma no satisfaga en nada absolutamente a otra alma, en que ninguna intercesión sea aceptada de su parte, en que ninguna compensación sea recibida de ella, en que los perversos no sean socorridos.
46. Acordaos del día en que os libramos de la familia de Faraón, la cual os aplicaba crueles suplicios; se inmolaba a vuestros hijos y sólo se perdonaba a vuestras hijas 25. Ésta era una ruda prueba de parte de vuestro Señor.
47. Acordaos del día en que hendimos la mar por vosotros, en que os salvamos y ahogamos a Faraón en presencia vuestra.
48. Del día en que formábamos nuestra alianza con Moisés durante cuarenta noches; durante su ausencia, tomasteis un becerro como objeto de vuestra adoración y obrasteis inicuamente.
49. Os perdonamos en seguida, a fin de que nos estéis agradecidos.
50. Dimos a Moisés el libro y la distinción, a fin de que seáis dirigidos por la senda recta.
51. Moisés dijo a su pueblo: Habéis obrado inicuarnente para con vosotros mismos adorando el becerro.
Volved a vuestro Creador, o bien daos la muerte: esto os servirá mejor cerca de él. Él volverá a vosotros (os perdonará), pues gusta de volver al lado del que se arrepiente: es misericordioso.
52. Acordaos del día en que dijisteis a Moisés: ¡Oh Moisés! no te prestaremos crédito alguno mientras no hayamos visto claramente a Dios. El fuego del cielo os llenó de espanto cuando fijabais en él vuestras miradas.
53. Nosotros os resucitamos después de vuestra muerte, a fin de que seáis agradecidos.
54. Hicimos que se cerniese una nube sobre vuestras cabezas y os enviamos el maná y las codornices,diciéndoos: Comed manjares deliciosos que nosotros os hemos concedido. No es a nosotros a quien habían hecho daño, sino a sí mismos.
55. Acordaos del día en que dijimos a los israelitas Entrad en esta ciudad, gozad de los bienes que halléis en ella, a gusto de vuestros antojos; pero, al entrar en la ciudad, prosternaos y decid: ¡Indulgencia, oh Señor!, y os perdonará vuestros pecados.
Ciertamente que colmaremos a los buenos con nuestros favores.
56. Pero de entre ellos los perversos sustituyeron la palabra que les había sido indicada por otra palabra, hicimos descender del cielo un castigo como retribución de su perfidia.
57. Moisés pidió a Dios agua para apagar la sed de su pueblo, y nosotros le dijimos: Golpea la roca con tu varita. De pronto brotaron doce fuentes y cada tribu conoció al punto el lugar en que debía apagar su sed.
Dijimos a los hijos de Israel.- Comed y bebed de los bienes que Dios os dispensa y no obréis con violencia entregándoos a toda serie de desórdenes en este país.
58. Y entonces fue cuando vosotros dijisteis: ¡Oh Moisés! no podemos soportar por más tiempo un mismo y único alimento; ruega a tu Señor que haga brotar para nosotros de esos productos de la tierra, legumbres, cohombros, lentejas, ajos y cebollas. Moisés nos respondió: ¿Queréis cambiar lo bueno por lo malo? Pues
bien, volved a Egipto y allí hallaréis lo que pedís. Y el envilecimiento y la pobreza se extendieron sobre ellos y se atrajeron la cólera de Dios, porque no creían en sus signos y condenaban injustamente a muerte a sus profetas. He aquí cuál fue la retribución de su sublevación y de sus violencias.
59. Ciertamente, los que creen, y los que siguen la religión judía, y los cristianos, y los sabios, en una palabra todo el que cree en Dios y en el día final y que haya obrado el bien: todos estos recibirán una recompensa de su Señor, el temor no les alcanzará y no estarán afligidos.
60. Acordaos del día en que aceptamos vuestra alianza y en que elevamos por encima de vuestras cabezas el monte Sinai; entonces dijimos: Recibid con firmeza las leyes que os damos y acordaos de lo que contienen. Tal vez temeréis a Dios.
42. Llamad en vuestro auxilio la paciencia y la oración; la oración es una carga, pero no para los humildes.
43. Que piensen que algún día volverán a ver al Señor y que tornarán a su vera.
44. ¡Oh hijos de Israel! acordaos de los beneficios con que os he colmado, acordaos de que os he levantado por encima de todos los humanos.
45. Temed el día en que mi alma no satisfaga en nada absolutamente a otra alma, en que ninguna intercesión sea aceptada de su parte, en que ninguna compensación sea recibida de ella, en que los perversos no sean socorridos.
46. Acordaos del día en que os libramos de la familia de Faraón, la cual os aplicaba crueles suplicios; se inmolaba a vuestros hijos y sólo se perdonaba a vuestras hijas 25. Ésta era una ruda prueba de parte de vuestro Señor.
47. Acordaos del día en que hendimos la mar por vosotros, en que os salvamos y ahogamos a Faraón en presencia vuestra.
48. Del día en que formábamos nuestra alianza con Moisés durante cuarenta noches; durante su ausencia, tomasteis un becerro como objeto de vuestra adoración y obrasteis inicuamente.
49. Os perdonamos en seguida, a fin de que nos estéis agradecidos.
50. Dimos a Moisés el libro y la distinción, a fin de que seáis dirigidos por la senda recta.
51. Moisés dijo a su pueblo: Habéis obrado inicuarnente para con vosotros mismos adorando el becerro.
Volved a vuestro Creador, o bien daos la muerte: esto os servirá mejor cerca de él. Él volverá a vosotros (os perdonará), pues gusta de volver al lado del que se arrepiente: es misericordioso.
52. Acordaos del día en que dijisteis a Moisés: ¡Oh Moisés! no te prestaremos crédito alguno mientras no hayamos visto claramente a Dios. El fuego del cielo os llenó de espanto cuando fijabais en él vuestras miradas.
53. Nosotros os resucitamos después de vuestra muerte, a fin de que seáis agradecidos.
54. Hicimos que se cerniese una nube sobre vuestras cabezas y os enviamos el maná y las codornices,diciéndoos: Comed manjares deliciosos que nosotros os hemos concedido. No es a nosotros a quien habían hecho daño, sino a sí mismos.
55. Acordaos del día en que dijimos a los israelitas Entrad en esta ciudad, gozad de los bienes que halléis en ella, a gusto de vuestros antojos; pero, al entrar en la ciudad, prosternaos y decid: ¡Indulgencia, oh Señor!, y os perdonará vuestros pecados.
Ciertamente que colmaremos a los buenos con nuestros favores.
56. Pero de entre ellos los perversos sustituyeron la palabra que les había sido indicada por otra palabra, hicimos descender del cielo un castigo como retribución de su perfidia.
57. Moisés pidió a Dios agua para apagar la sed de su pueblo, y nosotros le dijimos: Golpea la roca con tu varita. De pronto brotaron doce fuentes y cada tribu conoció al punto el lugar en que debía apagar su sed.
Dijimos a los hijos de Israel.- Comed y bebed de los bienes que Dios os dispensa y no obréis con violencia entregándoos a toda serie de desórdenes en este país.
58. Y entonces fue cuando vosotros dijisteis: ¡Oh Moisés! no podemos soportar por más tiempo un mismo y único alimento; ruega a tu Señor que haga brotar para nosotros de esos productos de la tierra, legumbres, cohombros, lentejas, ajos y cebollas. Moisés nos respondió: ¿Queréis cambiar lo bueno por lo malo? Pues
bien, volved a Egipto y allí hallaréis lo que pedís. Y el envilecimiento y la pobreza se extendieron sobre ellos y se atrajeron la cólera de Dios, porque no creían en sus signos y condenaban injustamente a muerte a sus profetas. He aquí cuál fue la retribución de su sublevación y de sus violencias.
59. Ciertamente, los que creen, y los que siguen la religión judía, y los cristianos, y los sabios, en una palabra todo el que cree en Dios y en el día final y que haya obrado el bien: todos estos recibirán una recompensa de su Señor, el temor no les alcanzará y no estarán afligidos.
60. Acordaos del día en que aceptamos vuestra alianza y en que elevamos por encima de vuestras cabezas el monte Sinai; entonces dijimos: Recibid con firmeza las leyes que os damos y acordaos de lo que contienen. Tal vez temeréis a Dios.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
EL CORÁN EN BLOG
DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES DE NAVIDAD 2009 ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE CREPUSCULO.
José
ramón...
Gracias por el texto. Que tengas felices fiestas.
ResponderEliminarSaludos.