Sura II (dos), la Vaca: parte 4 (61-80)

61. Pero después os alejasteis de esto, y, a no ser por la gracia de Dios y su misericordia, habríais sido del número de los desgraciados. Ya habéis sabido quiénes eran aquellos que habían violado el sábado y a quienes dijimos: ¡Sed convertidos en monos rechazados hacia la orilla del mar!.
62. Y les hicimos servir de terribles ejemplos a sus contemporáneos y a sus descendientes, y de advertencia a todos los que temen.
63. Acordaos del día en que Moisés dijo a su pueblo: Dios os ordena inmolar una vaca; los israelitas exclamaron: ¿Acaso te burlas de nosotros? -¡Presérveme Dios de ser del número de los insensatos!, dijo.
-Suplica a tu Dios que nos explique claramente qué vaca ha de ser ésa, respondieron los israelitas. -Dios quiere no sea ni una vaca vieja ni una ternera, dijo, sino que sea de edad media. Haced, pues, lo que se os ordena.
64. Los israelitas añadieron: Ruega a tu Señor que nos explique claramente cuál debe ser su color. -Dios quiere, les dijo Moisés, que sea de un amarillo muy pronunicado, de un color que alegre la mirada de todo el que la vea.
65. Suplica a tu Señor que nos explique claramente cuál debe ser esa vaca, pues nosotros vemos muchas vacas que se semejan, y nosotros no seremos bien dirigidos en nuestra elección, a no ser que Dios lo quiera.
66. Dios os dice, repuso Moisés, que no sea una vaca cansada por la labranza o el riego de los campos, sino una vaca a la que no se haya acercado macho; que sea sin ninguna tacha. Ahora, dijo el pueblo, tú nos has dicho la verdad. Inmolaron la vaca y, sin embargo, faltó poco para que no lo hubiesen hecho.
67. Acordaos de aquel asesinato que fue cometido en un hombre de los vuestros; este asesinato era objeto de vuestras disputas. Dios hizo ver a la luz del día lo que vosotros ocultabais.
68. Ordenamos que se golpease al muerto con uno de los miembros de la vaca; así es como Dios resucita a los muertos y hace brillar a vuestros ojos sus milagros; tal vez acaberéis por comprender.
69. Vuestros corazones se han endurecido después; son como rocas y más duros todavía, pues de las rocas salen torrentes; las rocas se hienden y hacen brotar agua; hay quien se humilla por temor a Dios, y ciertamente que Dios no desatiende vuestras acciones.
70. Ahora, ¡oh musulmanes!, ¿deseáis que ellos (los israelitas de aquel tiempo) llegen a ser creyentes por vosotros (por daros gusto)? Sin embargo, algunos de ellos obedecían a la palabra de Dios; pero en lo sucesivo la alternaron después de haberla comprendido, y lo sabían muy bien.
71. Si hallan a los fieles, dicen: Nosotros creemos; pero inmediatamente que se ven solos entre ellos, dicen: ¿Contaréis a los musulmanes lo que Dios os ha revelado, a fin de que lo conviertan en argumento contra vosotros ante vuestro Señor? ¿No comprendéis adónde conduce eso?
72. ¿Ignoran acaso que el Altísimo sabe lo mismo lo que ocultan que lo que exponen a la luz del día?
73. Entre ellos la generalidad de los hombres no conocen el libro (el Pentateuco), sino solamente los cuentos engañosos, y no tienen más que ideas vagas. ¡Desgraciados de los que, al escribir el libro con sus manos corruptoras, dicen: He aquí lo que proviene de Dios, para sacar de ello un beneficio ínfimo! ¡Desgraciados de ellos, a causa de lo que han escrito sus manos y a causa de la ganancia que de ello sacan!.
74. Dicen: Si el fuego nos alcanza, no será más que por un corto número de días. Diles: ¿Habéis recibido de Dios un compromiso que él no revocará jamás, o bien decís sencillamente respecto de Dios lo que no sabéis?
75. Bien lejos de esto: los que no tienen por toda ganancia más que sus malas acciones, aquellos a quienes sus pecados envuelven por todas partes, ésos serán entregados al fuego y permanecerán en él eternamente.
76. Pero los que han creído y practicado el bien, ésos estarán en posesión del paraíso y permanecerán en él eternamente.
77. Cuando nosotros recibimos la alianza de los hijos de Israel, les dijimos: No adoréis más que a un solo Dios; observad buena conducta respecto de vuestros padres y madres, respecto de vuestros allegados, respecto de los huérfanos y los pobres; no tengáis más que palabras de bondad para todos los hombres; haced puntualmente las oraciones; dad lismosna. Excepto un pequeño número, os habéis mostrado recalcitrantes y os habéis apartado de nuestros mandatos.
78. Cuando estipulamos con vosotros que no derramaríais la sangre de vuestros hermanos y que no os desterraríais recíprocamente de vuestro país, disteis vuestro asentimiento y vosotros mismos fuisteis testigos de él.
79. A pesar de esto, cometíais asesinatos entre vosotros, expulsabais de vuestro país a algunos de vosotros y os prestabais asistencia mutua para agobiarlos de injurias y de opresión; pero si os llegan cautivos (vuestros compatriotas), los rescatáis. Ahora bien, en un principio os estaba prohibido expulsarlos de su
país. ¿Creeríais acaso en una parte de vuestro libro y rechazaréis otra? y ¿cuál será la recompensa de los que obran de ese modo? La ignominia en este mundo y en el día de la resurrección serán empujados hacia el más cruel castigo. Y ciertamente Dios no desatiende vuestras acciones.
80. Los que compran la vida de este

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Sura II (dos), la Vaca: parte 3 (41-60)

41. ¿Mandaréis hacer buenas acciones a los demás en tanto que vosotros os olvidaréis de hacerlas? Y, sin embargo, vosotros leéis el libro; ¿es que no comprenderéis jamás?
42. Llamad en vuestro auxilio la paciencia y la oración; la oración es una carga, pero no para los humildes.
43. Que piensen que algún día volverán a ver al Señor y que tornarán a su vera.
44. ¡Oh hijos de Israel! acordaos de los beneficios con que os he colmado, acordaos de que os he levantado por encima de todos los humanos.
45. Temed el día en que mi alma no satisfaga en nada absolutamente a otra alma, en que ninguna intercesión sea aceptada de su parte, en que ninguna compensación sea recibida de ella, en que los perversos no sean socorridos.
46. Acordaos del día en que os libramos de la familia de Faraón, la cual os aplicaba crueles suplicios; se inmolaba a vuestros hijos y sólo se perdonaba a vuestras hijas 25. Ésta era una ruda prueba de parte de vuestro Señor.
47. Acordaos del día en que hendimos la mar por vosotros, en que os salvamos y ahogamos a Faraón en presencia vuestra.
48. Del día en que formábamos nuestra alianza con Moisés durante cuarenta noches; durante su ausencia, tomasteis un becerro como objeto de vuestra adoración y obrasteis inicuamente.
49. Os perdonamos en seguida, a fin de que nos estéis agradecidos.
50. Dimos a Moisés el libro y la distinción, a fin de que seáis dirigidos por la senda recta.
51. Moisés dijo a su pueblo: Habéis obrado inicuarnente para con vosotros mismos adorando el becerro.
Volved a vuestro Creador, o bien daos la muerte: esto os servirá mejor cerca de él. Él volverá a vosotros (os perdonará), pues gusta de volver al lado del que se arrepiente: es misericordioso.
52. Acordaos del día en que dijisteis a Moisés: ¡Oh Moisés! no te prestaremos crédito alguno mientras no hayamos visto claramente a Dios. El fuego del cielo os llenó de espanto cuando fijabais en él vuestras miradas.
53. Nosotros os resucitamos después de vuestra muerte, a fin de que seáis agradecidos.
54. Hicimos que se cerniese una nube sobre vuestras cabezas y os enviamos el maná y las codornices,diciéndoos: Comed manjares deliciosos que nosotros os hemos concedido. No es a nosotros a quien habían hecho daño, sino a sí mismos.
55. Acordaos del día en que dijimos a los israelitas Entrad en esta ciudad, gozad de los bienes que halléis en ella, a gusto de vuestros antojos; pero, al entrar en la ciudad, prosternaos y decid: ¡Indulgencia, oh Señor!, y os perdonará vuestros pecados.
Ciertamente que colmaremos a los buenos con nuestros favores.
56. Pero de entre ellos los perversos sustituyeron la palabra que les había sido indicada por otra palabra, hicimos descender del cielo un castigo como retribución de su perfidia.
57. Moisés pidió a Dios agua para apagar la sed de su pueblo, y nosotros le dijimos: Golpea la roca con tu varita. De pronto brotaron doce fuentes y cada tribu conoció al punto el lugar en que debía apagar su sed.
Dijimos a los hijos de Israel.- Comed y bebed de los bienes que Dios os dispensa y no obréis con violencia entregándoos a toda serie de desórdenes en este país.
58. Y entonces fue cuando vosotros dijisteis: ¡Oh Moisés! no podemos soportar por más tiempo un mismo y único alimento; ruega a tu Señor que haga brotar para nosotros de esos productos de la tierra, legumbres, cohombros, lentejas, ajos y cebollas. Moisés nos respondió: ¿Queréis cambiar lo bueno por lo malo? Pues
bien, volved a Egipto y allí hallaréis lo que pedís. Y el envilecimiento y la pobreza se extendieron sobre ellos y se atrajeron la cólera de Dios, porque no creían en sus signos y condenaban injustamente a muerte a sus profetas. He aquí cuál fue la retribución de su sublevación y de sus violencias.
59. Ciertamente, los que creen, y los que siguen la religión judía, y los cristianos, y los sabios, en una palabra todo el que cree en Dios y en el día final y que haya obrado el bien: todos estos recibirán una recompensa de su Señor, el temor no les alcanzará y no estarán afligidos.
60. Acordaos del día en que aceptamos vuestra alianza y en que elevamos por encima de vuestras cabezas el monte Sinai; entonces dijimos: Recibid con firmeza las leyes que os damos y acordaos de lo que contienen. Tal vez temeréis a Dios.

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Sura II (dos), la Vaca: parte 2 (21-40)

21. Si tenéis dudas sobre el libro que hemos enviado a nuestro servidor, producid un capítulo que sea al menos semejante a los que contiene éste, y si sois sinceros, llamad vuestros testigos a aquellos a quienes invocáis al lado de Dios.
22. Mas si no lo hacéis, y seguramente no lo haréis, temed el fuego preparado para los infieles, el fuego cuyo alimento serán los hombres y las piedras.
23. Anuncia a los que creen y practican las buenas obras que tendrán por morada jardines regados por corrientes de agua. Cada vez que tomen algún alimento de los frutos de estos jardines, exclamarán: He aquí los frutos con que nos alimentábamos en otro tiempo 13; pero sólo tendrán apariencias 14. Allí hallarán
mujeres exentas de toda mancha y allí permanecerán eternamente.
24. Dios no se avergüenza de ofrecer como parábola, ora un mosquito, ora algún otro objeto más elevado.
Los creyentes saben que la verdad les proviene de su Señor; pero los infieles dicen: ¿Qué es lo que ha querido decirnos Dios al ofredernos eso como objeto de comparación? Con tales parábolas extravía a los unos y dirige a los otros. No, los únicos extraviados serán los perversos.
25. Los perversos que rompen el pacto del Señor concluido anteriormente, que separan lo que Dios había ordenado que se mantuviese unido, que cometen desórdenes en la tierra: éstos son desventurados.
26. ¿Cómo podéis ser ingratos para con Dios, vosotros que estabais muertos y que recibisteis de él la vida, para con Dios, que os hará morir, que luego os hará revivir de nuevo y junto al cual volveréis algún día?
27. Él es el que ha creado para vosotros todo lo que existe en la tierra; terminada esta obra, se dirigió con firmeza hacia el cielo y formó con toda perfección siete cielos, él que entiende de estas cosas.
28. Cuando Dios dijo a los ángeles: Voy a establecer un vicario en la tierra, los ángeles respondieron: ¿Vas a colocar en la tierra un ser que cometerá desórdenes y derramará la sangre, mientras que nosotros celebramos tus alabanzas, te glorificamos y proclamamos sin cesar tu santidad? Yo sé, respondió el Señor, lo que vosotros no sabéis.
29. Dios enseñó a Adán los nombres de todos los seres, y luego, llevándolos a la presencia de los ángeles, les dijo: Nombrádmelos, si sois sinceros.
30. ¡Alabado sea tu nombre!, respondieron los ángeles, nosotros no poseemos más ciencia que la que tú nos has enseñado; tú eres el sabio, el prudente.
31. Dios dijo a Adán: Enséñales los nombres de todos los seres, y cuando él (Adán) lo hubo hecho, el Señor dijo: ¿No os he dicho que conozco el secreto de los cielos y de la tierra, lo que hacéis a la luz del día y lo que ocultáis?
32. Cuando ordenamos a los ángeles adorar a Adán, todos lo adoraron, excepto Eblis; éste se negó y se hinchó de orgullo, y fue del número de los ingratos.
33. Nosotros dijimos a Adán: Habita el jardín con tu esposa; alimentaos abundantemente con sus frutos, sea cual fuere el fruto del jardín en que se hallen; pero no os acerquéis a este árbol, por temor a que os convirtáis en culpables.
34. Satán hizo resbalar su pie y los hizo desterrar del lugar en que se hallaban. Entonces nosotros les dijimos: Descended de ese lugar, enemigos los unos de los otros, la tierra os servirá de morada y de usufructo temporales.
35. Adán aprendió de su Señor palabras de oración; Dios volvió a él porque gusta de volver al hombre que se arrepiente; es misericordioso.
36. Nosotros les dijimos: Salid del paraíso todos cuantos estáis; recibiréis de mi parte un libro destinado a dirigiros; el temor no alcanzará jamás a los que lo sigan y éstos no serán afligidos.
37. Pero los que no creen, los que traten de mentira nuestros signos 21 serán entregados al fuego eterno.
38. ¡Oh hijos de Israel! acordaos de los beneficios con que os he colmado; sed fieles a mi alianza, y yo seré fiel a la vuestra; reverenciadme y creed en el libro que os he enviado para corroborar vuestras escrituras; no seáis los primeros en negarle vuestra creencia; no vayáis a comprar con mis signos un objeto de ningún valor. Temedme.
39. No vistáis la verdad con el ropaje de la mentira; no ocultéis la verdad cuando la conocéis.
40. Cumplid puntualmente la oración, haced limosnas a inclinaos con los que se inclinan ante mí.

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Sura II (dos), La Vaca: parte 1 (1-20)

1. A. L. M. He aquí el libro que no ofrece duda; él es la dirección de los que temen al Señor;
2. De los que creen en las cosas ocultas y de los que observan puntualmente la oración y
hacen larguezas con los bienes que nosotros les dispensamos;
3. De los que creen en las revelaciones enviadas de lo alto a ti y ante ti ; de los que creen con certeza en la vida futura.
4. Ellos solos serán conducidos por su Señor; ellos solos serán bienaventurados.
5. En cuanto a los infieles, les es igual que les hagas o no advertencias: no creerán.
6. Dios ha puesto un sello en sus corazones y en sus oídos; sus ojos están cubiertos por una venda y les espera el castigo cruel.
7. Hay hombres que dicen: Creemos en Dios y en el día final, y, sin embargo, no son del
número de los creyentes.
8. Procuran engañar a Dios y a los que creen; pero sólo se engañarán a sí mismos, y no lo comprenden.
9. Un achaque tiene su asiento en sus corazones, y Dios no hará más que acrecentarlo; le está reservado un doloroso castigo, porque han tratado de embusteros a los profetas.
10. Cuando se les dice: No cometáis desórdenes en la tierra, ellos responden: Lejos de eso, introducimos en ella el buen orden.
11. ¡Ay! cometen desórdenes, pero no lo comprenden.
12. Cuando se les dice: Creed, creed como creen tantos otros, responden: ¿Hemos de creer como creen los necios? ¡Ay! ¡Ellos mismos son los necios; pero no lo comprenden!
13. Si hallan creyentes, dicen: Somos creyentes; pero desde el momento en que se han
unido en secreto a sus tentadores, dicen: Estamos con vosotros y nos reímos de aquéllos.
14. Dios se reirá de ellos; les hará persistir largo tiempo en su rebelión yendo errantes a inseguros de aquí allá.
15. Ellos son los que han comprado el error con la moneda de verdad; pero su comercio no les ha aprovechado; ya no se dirigien por la senda recta.
16. Se asemejan al que ha encendido fuego: cuando el fuego ha difundido su claridad sobre los objetos que le rodean y cuando Dios lo quita de pronto, dejándolos en las tinieblas, no pueden ver.
17. Sordos, mudos y ciegos, no pueden ya volverse atrás.
18. Se parecen a los que, cuando cae de lo alto de los cielos una nube cargada de tinieblas, de truenos y de rayos, se tapan los oídos con los dedos a causa del estrépito del trueno y por temor a la muerte, en tanto que el Señor envuelve por todas partes a los infieles.
19. Poco falta para que el rayo los prive de vista; cuando el rayo brilla, caminan a favor de su claridad, y cuando los sume en las tinieblas, se detienen. Si Dios quisiese, les quitaría la vista y el oído, pues es omnipotente. ¡Oh hombres!, adorar a vuestro Señor, al que os ha creado, a vosotros y a los que os han antecedido. Temedme.
20. Dios es el que os ha dado la tierra por lecho y el que ha construido los cielos como un
edificio sobre vuestras cabezas; él es el que hace descender el agua de los cielos y el que
hace germinar con ella los frutos destinados a alimentarnos. No atribuyáis socios a Dios.
Ya lo sabéis.

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Sura I (uno): Exordio

1. Loa a Dios, dueño del universo.
2. El clemente, el misericordioso.
3. Soberano en el dia de la retribución.
4. A ti es a quien adoramos, de ti es de quien imploramos socorro.
5. Dirígenos por el camino recto.
6. Por el sendero de aquellos a quienes has colmado con tus beneficios.
7. No por el de aquellos que han incurrido en tus iras ni por el de los que se extravían.

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